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Inés Cassagne. Educadora Prenatal
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Inés Cassagne. Educadora Prenatal

Hola! Soy Inés Cassagne

 

 

 Tengo 55 años, 4 hijos, y un nieto. Cuatro hijos que me convirtieron en madre, a quienes desde mis entrañas, comencé a amar más que a mi vida. Por ellos y para ellos, me levanté cada mañana, aprendí a superar las dificultades con paciencia, recuperé la alegría frente a las tristezas y decepciones, aprendí a caminar por caminos que nunca hubiera imaginado, a adaptarme y sondear otros rumbos a pesar de los temores. Pero no estuve sola en mi camino, aunque a veces así me sentí. Cada persona que estuvo, y está conmigo, cada una que pasó por mi vida, tuvo que ver, de una forma u otra, con lo que soy hoy y por eso, en reconocimiento, mi deseo de estar al lado de quien necesite apoyo. Mis hijos, mi madre, mis hermanas y mi querida Brígida Monrgenroth que dejó una huella muy marcada en mi, fueron mi especial inspiración para dedicarme a esto: trabajar junto a las jóvenes parejas en esta primera etapa de uno de los momentos más importantes de la vida. Importante, impactante y que lo cambiará todo.

 

 Desde el embarazo y nacimiento de mi primera hija (hace 31 años) y después en los siguientes, prepararme para el parto y ser madre, me llevó a querer transmitir lo importante que es conectarse con lo más genuino y valioso que tiene una mujer: la maternidad (el gran regalo que nos confía Dios). Muchos años albergué ese deseo en mi corazón y finalmente, al haber crecido mis hijos, ese sueño, se hizo realidad: Acompañar y preparar a las jóvenes mujeres durante su embarazo para ser madres. Madres que se conecten consigo mismas, con su cuerpo, con sus sentimientos y emociones. Que todo se ponga en funcionamiento para albergar con alegría al bebé que crece en su vientre y que depende de ellas para desarrollarse. Ayudarlas a tomar una actitud entregada y generosa, a descubrir sus capacidades, quizás ocultas u opacadas por temores, por una vida laboral intensa, o por una sociedad que nos impone el facilismo y la comodidad como primer valor.

 

Al finalizar el curso se sienten confiadas y se saben protagonistas de su propia película (su vida), y por lo que en  el momento de dar a luz, quieren ser respetadas y tratadas como se merecen. No quieren deshacerse del hijo fácilmente, que se lo saquen del vientre así nomás, o que aceleren los procesos naturales con intervenciones innecesarias, sino que quieren parirlo, ayudando en todo, acompañando a su bebé en ese trance, sentir que el parto es suyo porque el vínculo se ha creado desde el inicio del embarazo, y quizás desde sus sueños de niña cuando jugaban a ser mamá. ¡Esto es maravilloso!


Al ver su interés, su transformación, su crecimiento, no puedo no manifestar mi tristeza y hasta mi indignación cuando "algunos" profesionales, en quienes las jóvenes parejas se confían, no respetan a las mujeres en su más primitiva esencia, no les dan la mas mínima posibilidad de hacerse cargo de la más maravillosa tarea para lo que han sido especialmente diseñadas por el Creador y para lo que se han estado preparando durante nueve meses, y como dije antes, probablemente desde su infancia.


Algunos médicos no quieren tomar riesgos. ¿Quién sino ellos, que han estudiado para sanar, para salvar vidas, estarían preparados para asumir riesgos? Abusan de su título y sus conocimientos médicos, para asustarlos y hacerlos responsables…! O quizás no están dispuestos a tomarse el tiempo para esperar...


No es mi intensión generalizar ya que también hay médicos muy buenos, magníficos profesionales, y verdaderamente sensibles ante semejante acontecimiento: el nacimiento de ese bebé único, hijo de esa pareja única.


A todas las mujeres y sus parejas que esperan un bebé: ¡Despierten! No dejen que les arrebaten lo que les pertenece, su parto y el nacimiento de su bebé! Aunque la cesárea es una intervención necesaria en muchos casos para salvar vidas, hay muchas razones por las que el parto natural es la mejor opción. Infórmense, prepárense, tómense el tiempo para elegir el médico acorde a sus creencias y necesidades, pregunten a sus amigas o conocidas.

El nacimiento ocurre una sola vez, no tiene otra oportunidad. es por eso que merece de toda la atención y cuidado que puedan darle. 

 

 Y finalmente, tómense el tiempo para este embarazo, de este bebé único, para crecer junto a sus parejas, como padres, como nueva familia, como personas. 

 

 Ser padres es una aventura que durará toda la vida, con grandes alegrías y con algunas dificultades que podrán transitar y resolver permaneciendo unidos, confiando en sus capacidades y su amor, siempre conservando el buen humor y ejerciendo la paciencia y la comunicación.

 

 Con alegría los invito a que conozcan Inaika y  los animo a preparase para esa gran y maravillosa aventura!

Agosto 2021

 

 

 

 

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INAIKA marca registrada de Inés Cassagne

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